He aprendido con el paso del tiempo a enfrentarme a los miedos y creencias que frenaban mi camino, con ello nació un despertar que me ha llevado a adquirir conocimientos y experiencias que me dieron las herramientas para dar y recibir.

Hubo vacíos en mi vida que no comprendía. La medicina me hizo ver en ese despertar qué había para mi y qué me faltaba.

Tras años de búsqueda y aprendizaje, la vida me llevó por lugares y situaciones que me hicieron replantear la existencia de Dios, yo no creí que Él fuera el que me contaron en la escuela o en mi casa. 

Pasado el tiempo me di cuenta de todas las veces que Él se había manifestado en mi vida y no le puse atención, me puso personas en el camino a los cuales no escuché, fue solo cuando situaciones muy fuertes me hicieron finalmente “verlo, sentirlo, escucharlo”, nada de lo que estudié, trabajé, aprendí tenía que ver con lo que Él quería que hiciera, y finalmente hace 3 años inicié en un camino que jamás hubiera imaginado.

Conocí a una persona, salimos, empezamos a conocernos, y fue a través de él que por primera vez escuché de las Medicinas. En ese momento no le di demasiada importancia, mi vida estaba “bien”. Él pasaba por un proceso de salud complicado lo cual lo llevó a una sesión con Medicina, estaba eufórico, emocionado y muy agradecido por tan bella experiencia, y lo mejor, sanó, no había rastro de su enfermedad, eso fue ante mis ojos “un milagro”.

Al poco tiempo llevó a sus hijos y me dijo que era mi turno, le dije que si pero que no era momento. No pasó mucho tiempo cuando mi papá falleció, el momento había llegado.

Poco después de la pérdida de mi padre dije si a una sesión con Medicina Sagrada, tenía poco conocimiento de ella o nada en realidad, pero tenía una necesidad muy grande de algo, no sabía qué, pero tenía fé y confianza de que aquella experiencia pudiera darme un poquito de eso que mi corazón buscaba; y me entregó más de lo que hubiese podido imaginar, finalmente, gracias a esa medicina entendí que me había estado buscando a mí misma, y en esa búsqueda lo encontré a Él, ahí supe quién era Dios.

Pero eso no fue todo, pocos meses después fallece mi mamá, todavía no pasaba el proceso de mi papá cuando la vida me presenta ante un dolor aún más grande, porqué ahora…

A los 5 años, cuando mis padres se divorciaron, me fui a vivir con mis abuelos a Catemaco, crecí frente a la laguna, árboles, mi abuela intentando enseñarme las plantas adecuadas y demás remedios para cada dolencia, mi abuelo me enseñó el amor por los animales y a ser compasiva con ellos, él alguna vez dijo que todos los animales y lo bello que nos rodeaba era la muestra más grande de amor que Dios tenía hacia nosotros, y tenía razón.

Por años no vi a mi papá, pocas veces a mi mamá pues trabajaba incansablemente, y aún así tuve la mejor infancia, mis abuelos fueron maravillosos padres.

Estudié administración, la idea era trabajar en una empresa, día a día por años y jubilarme, pero la vida me llevó por un camino diferente. 

Tuve un hijo a mitad de la carrera, años después me titulé y me dediqué a las ventas, nunca me pasó por la cabeza la idea de tener hijos, de servir medicina, ni siquiera acompañando a quienes servían, o acompañando a los que la recibían, cientos de personas a lo largo de 2 años que cambiaron sus vidas al contacto con la medicina, cientos de personas que renacieron justo frente a mis ojos, no pude estar más agradecida.

En mayo de 2019 viajé a Sonora a conocer a la tribu, los abuelos  y sus costumbre; también, a la celebración de los cantos del mar Xepe an Coicöos,  3 días de música y mar. Fue tan bello, el lugar, la gente, la Isla Tiburón, servir medicina con Tata Lay,  una persona tras otra, tener sueños intensos, vers sus atardeceres convivir con mi hermano Eliezer y su familia, todo fue mágico. 

Y luego, el mensaje fue muy claro, ya estaba lista para servir, ya era el momento. Y por casi un año servir por mi cuenta, compartiendo, acercar la medicina a quien la necesita, una bendición tras otra.

Al bendecir así a otras, al irlos guiando para que salieran de su realidad yo fui construyendo la mía. 

He aprendido con el paso del tiempo a  enfrentarme a los miedos y creencias que frenaban mi camino, con ello nació un despertar que me ha llevado a adquirir conocimientos y experiencias que me dieron las herramientas para dar y recibir.

Hubo vacíos en mi vida que no comprendía. La medicina me hizo ver en ese despertar qué había para mi en eta vida y qué me faltaba.

Hubo vacíos en mi vida que no comprendía. La medicina me hizo ver en ese despertar qué había para mi y qué me faltaba.