Para las parejas ansiosas por renunciar y tirar la toalla porque no todo es “perfecto” en la relación… aquí hay algo profundo para pensar:
El compromiso a lo largo de toda la vida no es lo que la mayoría cree que es. No es despertar cada mañana para hacer el café y tomarlo juntos. No es siempre recibir abrazos en la cama hasta que los dos se duerman. No es una casa limpia, llena de risas y amor todos los días. Definitivamente no es un comercial de margarina.
Es alguien que roba las mantas y ronca, y que es portavoz de palabras duras algunas veces.
Es entrar en desacuerdo hasta que los corazones se curen y se perdonen. Es llegar a casa y encontrar a la misma persona todos los días, pero alguien que se preocupa por ti a pesar de y por lo que eres. Es reír de tonterías que hacen, incluso sin querer. Es tener ropa sucia. Es ayudar el uno al otro con el duro trabajo de la vida. Es aprender a tragar palabras molestas en lugar de decirlas en voz alta. Es preparar la comida más fácil que puedan (o pedir a domicilio) y sentarse juntos para comer tarde, porque los dos tuvieron un día loco. Es cuando tienes una crisis emocional y tu pareja se acuesta contigo, te sostiene y te dice que todo va a salir bien. Y tú le crees.
Se trata de seguir amando a alguien a pesar de los defectos y dificultades de la vida.
Amar a alguien no siempre es fácil. Pero es increíble y reconfortante, y es una de las mejores cosas que vas a experimentar en la vida.