Francisco Barnett Astorga apenas tenía nueve años cuando tuvo su primer acercamiento con el mundo mágico de sus ancestros. Se fue solito al monte, donde juntó algunas piedras y con ellas dibujó en la tierra un cuadrado, dentro del cual se recostó… Cerró los ojos y se transportó a las entrañas del universo. Entonces recibió esa gracia que le ha permitido curar a las personas a través de sus cantos, apoyado siempre con hierbas medicinales.
Desde ese momento supo cuál era su destino: seguir los pasos de sus ancestros. Barnett, quien es conocido entre sus amigos como Chapo porque apenas mide 1.65 metros la estatura promedio de los seris es de 1.80, es reconocido como “un tesoro viviente” que tiene comunicación directa con la naturaleza.